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viernes, 4 de julio de 2014

Castillo de Acher

Algunos ascensos se guardan en la mente por el esfuerzo a realizar, otros por haber fracasado en un intento, otros por la belleza y dificultad. Llegue a las 26 ya y doy por terminado el invierno. Hoy no lo puso fácil, nubes amenazadoras en las crestas, torrentes agresivos, neveros traicioneros de los que si no es por mapa o GPS te hacen perder el hilo. En fin, este lo guardare en la mente como el ascenso de convivencia.

Así es, tuve que compartir refugio para comer con una pareja de escaladores alemanas de Colonia, un monitor scout francés, con sombrero colonial y todo jejeje de Hautes y yo claro de Zaragoza. Nos tocó defendernos en inglés. Y es que la montaña no entiende de países ni de fronteras. Allí arriba todos nos necesitamos y existe un lenguaje en común. Ese lenguaje es la pasión por la naturaleza.


                                     


                   Flores junta al refugio









                                                        Castillo d`Acher
















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